Sustantivos japoneses II

Partes del cuerpo partes del cuerpo

hone 「骨」hueso
chi 「血」sangre
namida 「涙」lágrima
kuso 「糞」mierda
ase 「汗」 sudor

Elementos

mizu 「水」 agua
hi 「火」fuego
kaze 「風」viento
ishi「石」 piedra
ki 「木」madera
kin 「金」oro

Plantas

shokubutsu 「植物」planta
hana 「花」flor
ki 「木」árbol
sakura 「桜」flor de cerezo
bara 「薔薇」rosa

Hayato Osawa Sensei en Madrid Octubre 2015

Seminario de Aikido impartido por Hayato Osawa Sensei en Madrid Octubre 2015

cartel aikido

Curso Internacional Comunidad De Madrid en Octubre, impartido por Hayato Osawa Sensei en el Centro Deportivo Municipal Gallur Madrid.

DIAS:
23-24-25 de octubre 2015

HORARIO:
Viernes: 18.00 a 20.00h
Sábado 11.00 a 13.00h/18.00 a 20.00h
Domingo: 10.00 a 12.00h

Cuento zen: El valor de las cosas

Monje ZenVengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El maestro, sin mirarlo, le dijo:

-Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después…- y haciendo una pausa agregó: Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.

-E…encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.

-Bien- asintió el maestro.

Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó- toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete ya y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió.

Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo.

Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, monto su caballo y regresó.

Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.

Entró en la habitación.

-Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.

-Qué importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él, para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar.

El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:

-Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.

-¡¿58 monedas?!-exclamó el joven.

-Sí -replicó el joyero- Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… si la venta es urgente…

El Joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.

-Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.

Biciletas en Japon

Usar una bicicleta en Japón resulta fácil y seguro una vez que tenemos claro una serie de reglas.
foto bici acera japonTenemos que fijarnos bien en los lugares donde está prohibido estacionarlas.
Saber que el sentido del tráfico es a la izquierda como los coches. Aunque en la mayoría de los casos las bicicletas van por la acera que se comparte con los peatones.
biciclata japonesaGeneralmente existe una línea y unos símbolos que marcan el camino entre el peatón y el ciclista.
El uso del casco es obligatorio solo para los menores de 13 años y por eso es raro ver a un ciclista adulto con uno.
Todas las bicicletas están registradas con una plaquita amarilla como una matricula con su número de serie.
Es muy raro que alguien robe una bici porque si se le pilla robando viajando en vici en japonuna o usando una robada el delito puede costar hasta 500 mil yenes de multa (unos 5 mil euros) o incluso 10 años de prisión.
Podemos comprarla o alquilarla, el alquiler puede rondar por los 200 yenes al dia (unos dos euros) y la compra tenemos que tener en cuenta que el vendedor tiene que hablar ingles o nosotros hablar el japones, por lo que si estamos de paso obtemos por el alquiler.