Es costumbre y etiqueta japonesa y por lo general, una de las primeras cosas que hará un japonés al llegar a casa será quitarse los zapatos. Esta costumbre evita que el suelo de la casa se ensucie y se aplica también no sólo a la propia casa sino cuando se visita otra casa de otra persona al entrar o en determinados espacios públicos como templos, restaurantes y hoteles de estilo japonés.
El «genkan» o recibidor consta de dos niveles separados por un escalón bajo y es el lugar dónde se quitan y ponen los zapatos. Hay que quitarse un zapato y apoyar el pie en el peldaño, sin tocar con el pie descalzo el nivel inferior. Cuando el primer pie está sobre el peldaño, hacemos lo mismo con el segundo y… ¡ya estamos dentro! Los zapatos se suelen dejar colocados de manera que la punta mire hacia el exterior, para que sea más fácil calzarlos al salir.
Cuando el suelo es de cerámica o parquet es habitual calzarse un par de zapatillas de estar por casa y si estamos de visita, lo más probable es que el anfitrión proporcione un par. Hay que tener en cuenta que no se llevan estas zapatillas sobre las esteras de tatami, puesto que podrían dañar su superficie, de modo que es importante pensar en volverse a descalzar.
La etiqueta dicta que cuando vamos descalzos es preferible que sea con calcetines, de forma que si ese día vamos con sandalias, podemos llevar un par de calcetines limpios en la mochila o bolsa, por si acaso. Además, ya que en Japón existen numerosas ocasiones en que podemos tener que descalzarnos, ¡es muy importante asegurarnos que están limpios y no tengan ningún agujero.
Puede parecer complicado, pero en realidad es muy fácil acostumbrarse y detectar enseguida los lugares donde se precisan cambios de zapatillas. Un indicio muy claro que puede ayudar a futuros turistas es, naturalmente, que haya zapatos de otros en el suelo, fijarse en si hay un cambio de nivel, especialmente cerca de la entrada, si hay zapatillas preparadas o apiladas en una caja o si hay casilleros o zapateros.