Siguiendo los pasos de dos maestros Morihei Ueshiba y Mikado Usui

La única ambición de esta reflexión es mostrar una cierta analogía en el enfoque y la experiencia de dos grandes Maestros a quienes debemos tanto: Mikao USUI y Morihei UESHIBA.
Partiremos que Mikao Usui y Morihei Ueshiba, creador del Aikido, fueron amigos.
Se dice que ambos maestros (el difusor del Reiki y el Fundador del Aikido) se conocieron y llegaron a practicar juntos bajo la tutela de Onisaburo Deguchi, que a comienzos del siglo 19 nació el grupo espiritual Omoto Kyo, de la mano de su fundadora la maestra Nao Deguchi que al fallecer continua su hijo: Onisaburo Deguchi (quién fue el maestro directo de O’ Sensei Morihei Ueshiba) ya que permaneció una época estudiando en el sagrado templo de la Omoto Kyo durante casi Ocho años. Tenemos que comentar que esta religión o el movimiento se izo muy popular y progresó entre 1900 y 1948,  que incluso se expandió esta religión por otros países.
Sabemos que el Maestro UESHIBA es contemporáneo de Mikao USUI, nació el 14 de diciembre de 1883 en el pueblo de Tanabé, Prefectura de Wakayama, Japón.
Alrededor de 1890, cuando tenía 7 años, siguió la enseñanza de la escuela budista Shingon Mykkyo, que significa «enseñanza secreta del mundo real», como Mikao USUI había hecho antes que él.
Como él, vivió la experiencia de Satori. La primera vez alrededor de los 18 años en el jardín de su padre, y otros más tarde en el Monte KURAMA.
Recordemos que Satori es una experiencia mística extraordinaria, parece dolorosa, que ocurre después de un largo e intenso período de investigación y práctica en un campo en particular.
Durante la experiencia Satori, el estudiante se sumerge en una especie de trance, recibe un flujo abundante de energía e información que mejora su conocimiento.
Por su parte, Mikao USUI vivió el Satori en el Monte KURAMA en 1922. Al mismo tiempo, recibió la onda de energía y probablemente diversa información, pero no los símbolos (como nos dice la leyenda).
Iigual que Usui, Ueshiba hizo un retiro en el monte Kurama y una vez al año, llevaba allí a sus estudiantes, practicando y viviendo a base de arroz, sopa de miso, hierbas y frutos del bosque. Al levantarse por la mañana hacían una práctica de purificación llamada Misogi, que forma parte de las disciplinas Shinto.