Estos paraguas están confeccionados con madera de bambú y papel washi, un tipo de papel artesanal, moldeado a mano que es delicado pero muy fuerte y duradero.
La producción de estos wagasa comenzó en la era Kamakura y fue durante el Período Edo que se popularizaron. El papel es impermeable y este tipo de textura ingresó a Japón proveniente de Corea durante el Período Asuka. Primero se hizo presente en las ceremonias budistas y fue durante el Período Heinan que las técnicas de elaboración se perfeccionaron.
Con el paso del tiempo los pigmentos y la cera empezaron a aplicarse a la superficie del papel. Un comerciante japonés llamado Luzon Sukezaemon, bastante rico, trajo una sombrilla de sus viajes a Filipinas y eso ayudó a popularizar el objeto. Samurais, geishas y nobles empezaron a portarlos aunque con la llegada del paraguas moderno y occidental la industria del wagasa fue perdiendo terreno y hoy en día es un arte muy escaso.

Confeccionar uno de estos paraguas lleva tiempo y uno de muy buena calidad puede tarde meses en terminarse.
El papel se hace a mano sin pulpas y fibras y se lo unta con aceites vegetales para que se vuelva impermeable, el bambú se corta en varas delgadas, secas, y se conectan unas a otras antes de pegarles el papel. Eso hace que el paraguas sea fuerte pero que debas tener cuidado a la hora de guardarlo. No durará toda la vida así que hay que cuidarlo y mimarlo mucho.
Si se cuida un poco podemos tenerlo unos 20 años. No creamos que no si no lo usamos nos va a durar más tiempo, no al contrario, guardarlo nuevo y sin abrir le va hacer mal al wagasa. Se debe abrirlo ys ecarlo bien con una toalla si se moja y guardarlo en un sitio ventilado.