Impresiones de mi primer curso con Endo Sensei

Me han pedido que escriba mis impresiones sobre el curso de Endo Sensei en Granada durante los días del 5 al 8 de diciembre. Y son tantas que no sé si conseguiré parecer coherente.

Es inevitable empezar diciendo que he quedado totalmente asombrada con el maestro. El contenido de los entrenamientos ha sido absolutamente interesante, maravilloso y cargado de lecciones para el día a día. Me ha impresionado verle trabajar con una contundencia, absoluta suavidad y aparente facilidad que parecían irreconciliables. Dentro de mis ingenuas capacidades, he absorbido toneladas de ideas que espero con el tiempo poder ir haciendo mías, al menos en parte.

Ha sido emocionante disfrutar de un entrenamiento con ciento cincuenta compañeros donde las barreras del lenguaje se superaban con un shihonage o un ikkyo. Inmersos en un ambiente de compañerismo en el que, tal y como he tenido la oportunidad de agradecer personalmente a alguno de ellos, todos y cada uno sin excepción se mostraban amables y comprensivos con una ilusionada principiante como yo. He tenido la oportunidad de aprender algo de cada compañero con el que he entrenado. Cogiendo prestadas las palabras de uno de ellos, «me sentía como la única alumna en un tatami con más de cien de maestros».

Y si la estupenda acogida, el inmejorable ambiente y el altísimo nivel del entrenamiento eran poco, poder acompañar y dar calor a tantos compañeros que se examinaban para luego ir a celebrar la enhorabuena con ellos, ha sido la guinda para un curso inolvidable.

Á.